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viernes, 19 de noviembre de 2010

Esperanza para enfermos de Alzheimer


Los enfermos de Alzheimer experimentan una pérdida progresiva de la función cognitiva debido a la apariencia de depósitos de amiloide-beta en el sistema nervioso central. Según los últimos avances en las investigaciones sobre esta enfermedad, si se lograse impedir o retrasar la apariencia de estos depósitos, se podría controlar de forma mucho más eficaz el desarrollo de Alzheimer.

Los científicos autores del mencionado artículo, enlazaron ADN Aß a un virus vector adeno asociado y administraron esta vacuna de forma oral a los ratones. Además de disminuirse los niveles de Aß, se logró reducir la respuesta inmune de las células T. Una sola dosis de esta vacuna mejoró la producción de anticuerpos Aß durante más de 6 meses. La inmunohistoquimica de los tejidos cerebrales de los ratones mostró que los depósitos celulares de amiloide fueron mucho menos comparado con ratones no vacunados.

Según el artículo, "Esta nueva vacuna oral no provoca fuertes reacciones inmunes de las células T, y por tanto podría reducir los efectos secundarios de tales meningoencefalitis... Parece que esta nueva terapia pueda ser eficaz en la prevención y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Los robots podrán sentir

Según MIT Technology Review un equipo de investigación de la Universidad de Tokyo ha desarrollado sobre un plástico flexible una serie de transistores que son sensibles a la presión. Gracias a su flexibilidad, el plástico se podría envolver en un dedo de robot, formando un tipo de piel.

Este nuevo avance tecnológico de la robótica podría revolucionar el sector de robots, ya que hasta los robots más avanzados carecen de un sentido del tacto. Si fuesen capaces de "sentir", podrían desarrollar de forma mucho más eficaz tareas tales como la reparación de otras máquinas, la preparación de comida o el cuidado de las personas en hospitales o residencias para ancianos.

Según el director del equipo de investigación, Takao Someya, el nuevo material podría estar disponible para aplicaciones prácticas a partir del año 2008.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Los circuitos del miedo localizados en el cerebro


Dos trabajos publicados en la revista Nature desvelan la arquitectura funcional de los microcircuitos de la amígdala central (AC) en el cerebro y su papel en la adquisición y regulación de la conducta del miedo condicionado. Los estudios podrían abrir la puerta a investigaciones en modelos animales que sirvieran para combatir la fobia o la ansiedad y producir fármacos para tratar dichos trastornos.

Los científicos conocen el papel de la AC en la expresión del miedo condicionado. Sin embargo, en la actualidad existe un gran vacío de conocimiento sobre cómo este comportamiento se controla a nivel neuronal.

En uno de los artículos, Andreas Lüthi y su equipo del Friedrich Miescher Institute for Biomedical Research (FMI), de Basilea, Suiza, explican que no hay actividad neuronal en la subdivisión lateral de la AC durante la adquisición del temor. Las respuestas de miedo condicionado, sin embargo, parecen ser conducidas por las neuronas en la subdivisión interna de la AC. Los investigadores del FMI demuestran que al desactivar la subdivisión lateral de la AC se interfiere en la adquisición del miedo. Para llegar a esta conclusión, el equipo de Lüthi utilizó técnicas clásicas de condicionamiento de miedo en ratones.

En el segundo trabajo publicado, David Anderson y su equipo del Instituto Tecnológico de California (Caltech), en EE.UU., utilizaron métodos genéticos moleculares para mapear la conectividad funcional de una subpoblación de neuronas localizadas en la subdivisión lateral de la AC. Gracias a ello, identificaron un microcircuito inhibitorio dentro de dicha zona cerebral que ayuda a controlar el nivel de parálisis condicionada que se produce en respuesta al miedo.

Los trabajos de ambos equipos científicos sugieren que hay muchos microcircuitos altamente organizados en juego dentro de la AC en el condicionamiento del miedo. Mayores investigaciones en esta línea podrían ayudar a mejorar nuestra comprensión de cómo se definen los circuitos neuronales en el comportamiento del control cerebral en los mamíferos.